Capítulo
IV: El mejor de los regalos.
-
Jacob
POV -
Al
llegar a casa del trabajo el delicioso olor a comida me enloqueció, podría
comerme un elefante con el hambre que traía.
Me
sorprendió que Bella ya estuviese en casa, solía llegar siempre después que yo
y la esperaba para preparar la cena juntos.
-
Hola
amor - salude al cerrar la puerta mientras dejaba las llaves en la mesita de
café de la sala.
-
Hola
amor, estoy en la cocina -
-
Llegaste
temprano - comente.
-
Si
vida, quería prepararte algo rico para la cena, Leah se quedo en la librería
para cerrar -
En
cuanto entre a la cocina me lleve una enorme sorpresa, mi esposa hermosamente
vestida desmoldaba un pie para ponerlo en una bandeja.
Incluso
con el delantal de flores encima su vestido rojo oscuro de tiros le lucia
bellísimo, llevaba el cabello recogido en medio moño que dejaba escapar varios
risos.
Se
había puesto el conjunto de zarcillos y dije de plata en forma de luna con
estrellas de cristal que le había regalado en la mañana.
Yo
en cambio aun traía la braga del uniforme del taller, siempre me bañaba y
cambiaba de ropa antes de que ella llegara a casa por lo que en contadas
ocasiones me veía con estas fachas.
Me
miro sonriente, me acerque y la bese en los labios, quise pellizcar un trocito
del pie cuando me golpeo suavemente en el dorso de la mano
-
No
pensaras tocar ni un bocado sin darte un muy buen baño primero amor -
-
Pero
Bells, muero de hambre - hice un puchero y puse ojos de cachorrito suplicante.
-
La
cena aun no esta lista lo que te da unos minutos para ducharte y cambiarte de
ropa antes de que sirva - volvió a besarme suavemente mientras me empujaba para
sacarme de la cocina.
-
Pero
Bells - repetí ya fuera de la cocina con la suplica implícita en el rostro.
-
Nada
de peros Sr. Black, vaya a ducharse y en cuanto baje prometo tener todo
servido.
Me
di por vencido y me dispuse a subir a la habitación arrastrando los pies, la
escuche reír a mis espaldas por mi gesto de niño consentido.
Al
pasar junto a nuestro pequeño comedor, apenas cuatro puestos la casa no era muy
grande pero si de lo más acogedora, me fije en las velas y los platos, todo
perfectamente preparado para una cena romántica.
Me
bañe rápidamente, aunque bien no fuera que me revisara las manos y detrás de la
orejas, me carcajee ante mi ocurrencia.
Me
puse un pantalón de mezclilla y un sweater azul rey que era de los favoritos de
Bella.
Me
arregle el cabello con gel y me puse colonia, debía estar a la par de mi
bellísima esposa, aunque hoy era misión imposible estaba muy hermosa.
Al
bajar me esperaba con un par de copas de vino tinto y la comida servida sobre
la mesa.
Tome
mi copa de su mano y la bese en los labios chocando mi copa con la suya al
mismo tiempo a manera de brindis
-
Gracias
amor todo luce perfecto, no debiste molestarte sabes que me hubiese encantado
sacarte a comer fuera para que no tuvieses que cocinar -
-
Hoy
tenía ganas de consentirte así que te prepare el asado que tanto te gusta y pie
de manzana - me respondió sonriente.
-
Amor
me consientes demasiado, podría mal acostumbrarme - afirme antes de volver a
besarla.
La
comida estuvo deliciosa, hablamos sobre mi día en el taller y de Embry que casi
pierde un brazo por no estar pendiente del seguro del gato cuando levanto un
coche, los nuevos proveedores que llegaron a la librería y algunas
remodelaciones que quería hacer en la parte del café, en fin nos pusimos al
corriente sobre nuestros respectivos días.
Aunque
tenía la sensación de que había algo más que no quería decirme no le di
importancia, ya me lo diría en su momento.
Bella
sirvió el pie con un poco de helado de vainilla para completar el postre.
Definitivamente
cada día era mejor en la cocina, no es que el caso contrario me hubiese hecho
quererla menos pero disfrutaba mucho de sus comidas y sus atenciones y ella
evidentemente también.
La
ayude a recoger y lave los platos, no pensaba dejarme casi tuve que amenazarla
para poder sacarla de la cocina.
-
Ve
a ver la TV mujer ya te alcanzo - esta vez era yo quien la besaba y la empujaba
fuera de la cocina.
-
Está
bien - escogeré una película mientras terminas en la cocina. Ahora era ella la
que arrastraba los pies hasta la sala, no pude evitar reírme al escucharla.
Vimos
Rápido y furioso 4, hasta eso lo había hecho solo para complacerme.
En
cuanto termino la película apague todo, la tome de la mano y la encamine a nuestra
habitación
-
Ahora
me toca a mi complacerla a usted Sra. Black - le susurre al oído mientras
subíamos las escaleras.
-
Pero
aún queda un regalo más que quiero darle Sr. Black - gimoteo mientras hacia un
puchero.
-
Ya
me lo dará más tarde o mañana - añadí abriendo la puerta de la habitación para
dejarla entrar.
La
bese primero tiernamente para luego apoderarme de su boca con mi lengua, su
aliento dulce y fresco me lleno los sentidos.
Me
aparte de sus labios en busca de aire besando el contorno de su rostro, su
cuello, su clavícula para llegar a su hombro empujando con mis labios el tiro
de su vestido mientras con una mano le bajaba el cierre y con la otra el tiro
contrario dejando caer el vestido, la sentí estremecerse por el roce de la suave
tela contra su piel al caer a sus pies.
La
recosté en la cama alejándome para mirarla, respiraba agitada y me miraba
deseosa.
Llevaba
un hermoso conjunto de encaje rojo que la hacía ver endemoniadamente apetecible,
que desinhibida se había vuelto con el tiempo, me dejaba mirarla moviéndose
para mostrarme todos los ángulos de su anatomía mordiéndose el labio lo que la hacía
verse aun más sexy.
Tenía
toda la intensión de enloquecerme y estaba a punto de perder el control y
lanzarme sobre ella olvidando por completo mis intenciones de satisfacerla más
que nunca, cuando una brillante idea cruzo mi mente.
Tome
una de sus pañoletas del closet cubriendo sus ojos con ella, comenzó a
refunfuñar pero la silencie besándola de nuevo.
Volví
a separarme de ella
-
Espere
aquí y no se mueva de donde está Sra. Black, ya regreso - su rostro se lleno de
curiosidad pero asintió mientras yo salía del cuarto.
-
No
se tarde Sr. Black, la paciencia no es mi fuerte - grito para que pudiera
escucharle, sonreí.
Corrí
escaleras abajo y tome el helado que quedaba de la cena y una cucharilla.
Subí
corriendo de nuevo y entré al cuarto mirando que no se hubiese quitado la venda
de los ojos.
Comencé
a desvestirme lo mas silenciosamente que pude, quería sorprenderla
-
¿Planeas
enloquecerme amor? - pregunto desesperada.
-
Que
comes que adivinas mi vida - le respondí entre risas, era sumamente excitante
verla así, necesitada de mi.
Coloque
el envase junto a la cama y me acerque a ella para ponerla de pie y quitarle
las pocas prendas que le quedaban.
Me
vi en la necesidad de esquivar sus manos un sin número de veces, no quería que
notara mi desnudez, no todavía.
La
recosté de nuevo sujetando sus manos sobre su cabeza con una mano y tomando el
helado con la otra, evidentemente tuve que descartar el uso de la cucharilla
por lo que destape el envase y tome helado con los dedos.
Se
derretía rápidamente debido a mi temperatura tan elevada así que lo deje gotear
sobre su cuerpo trazando caminos que limpiaba con mi lengua, el frio contacto
la hizo erizarse y lleve mis dedos a su boca que los recibió gustosa lamiendo,
chupando, mordiendo suavemente.
El
ritmo de su respiración aumentaba cada vez más y movía sus caderas arriba y
abajo dejando ver sus ganas de tenerme dentro de ella.
Tome
mas helado llenando sus pezones para luego devorarlos, baje mis dedos a su
entrepierna deslizándolos por sus labios, repetía mi nombre entre jadeos,
estaba totalmente húmeda y lista para recibirme.
Jugueteé
con su clítoris con el pulgar mientras la penetraba con otro dedo suavemente,
se movía desesperadamente y aumente el ritmo de mis movimientos en su centro
hasta que llego al orgasmo entre mis dedos.
Le
solté las manos y la levante al tiempo que retiraba la venda de sus ojos, me
miro sorprendida por mi desnudez y un brillo picaron apareció en su mirada
antes de estamparse contra mis labios desesperada.
-
Te
deseo… Jake, hazme el… amor - suplico sobre mis labios con voz entre cortada.
Baje
mis manos por su espalda hasta llegar a sus glúteos apretándola contra mi
cuerpo la levante y la subí a mis caderas entrando en ella de una sola vez la
sentí gritar en mi boca antes de separarse de mi arqueando la espalda al tiempo
que rodeaba mi cuerpo con sus piernas.
Camine
hasta pegarla contra la pared y comencé a embestirla repetidas veces
-
Ja…cob,
Jake - repetía mi nombre una y otra vez entre jadeos y quejidos que me
excitaban sobremanera.
-
Bella,
eres… divina amor - logre responder antes de sentirla explotar una vez más alrededor
de mi erección arrastrándome con ella en el mas delicioso placer.
Deje
caer nuestros cuerpos sobre la cama mientras la besaba por toda la cara.
-
Te
amo mi vida - susurre soltando un suspiro al estrecharla más contra mi cuerpo,
si es que era eso posible.
-
Y
yo a ti amor - me beso de nuevo en los labios dejándose caer a mi lado.
No
tardamos mucho en quedarnos profundamente dormidos.
Despertando
cada día como esta mañana no podría pedir nada más en la vida, excepto muchos
años para disfrutarla.
Bella
estaba desnuda con la espalda pegada a mi pecho protegiéndose del frio entre
mis brazos, gracias a Dios me había acordado de poner la cama muy cerca de la
ventana para dejarla abierta por las noches o habría terminado por matarla de
calor.
Me
había tomado el tiempo de cuidar todos y cada uno de los detalles de la casa
con la única intención de hacer feliz a mi mujer y ella lo era plenamente, me
lo decía cada que podía.
Me
levante con cuidado, aunque había tenido ganas de despertarla y hacerla mía
otra vez en ese mismo momento, mi estomago no estaba para nada de acuerdo con
el resto de mi cuerpo y suponía que el Bella estaría en igualdad de
condiciones.
Tome
mi bóxer del suelo y me lo puse.
Entre
rápidamente al baño para realizar las típicas actividades humanas de ese
horario.
Casi
me caigo al salir del baño por pisar helado que debía haber caído en el piso durante
las actividades nocturnas, ya me ocuparía de limpiar todo aquello, ni pensar en
dejárselo a ella, había preparado mi comida favorita ayer y me había consentido
al máximo, lo menos que podía hacer era encargarme de la limpieza.
Salí
del cuarto en silencio y apenas cerré la puerta mi estomago gruño, no estuve
consiente de la hora hasta que llegue a la cocina y mire el reloj del
microondas eran pasadas las diez, con razón tenía tanta hambre.
Bella
no tardaría mucho en despertar y quería sorprenderla con el desayuno en la
cama.
Corte
algunas frutas, prepare café, rebane algo de queso y tosté unas rebanadas de
pan, quería preparar jugo de naranja pero ya tenía demasiada hambre así que
serví leche en dos vasos y acomode todo en una bandeja.
Subí
de nuevo con la bandeja llena de comida para los dos, estaba casi por
desbordarse debido a la porción que serví para mí.
Entre
en silencio a la habitación solo para darme cuenta de que Bella ya se había
levantado y sonidos provenientes del baño me confirmaron donde estaba.
-
Buenos
días amorcito - dije con voz lo suficientemente alta como para que me
escuchara.
-
Buenos
días mi vida - respondió - ya salgo -
Coloque
la bandeja sobre la cama y note el pequeño regalo sobre mi almohada.
-
Gracias
amor, no debiste molestarte, con la cena y la noche de ayer ha sido más que
suficiente regalo - refunfuñe en tono gracioso - tendré que comprarte algo mas
para que podamos estar a la par -
La
escuche reírse sonoramente en el baño antes de responderme
-
No
será necesario amor, ya me has regalado todo lo que podía querer -
Rompí
el papel de regalo y me encontré con una cajita de esas en las que vienen las
joyas, me pareció de lo más raro. ¿Bella me había regalado joyas?
Al
abrirla me encontré con una notita con la letra de Bella que decía
Feliz
aniversario amor mío, este ha sido el mejor año de mi vida. Te amo.
Siempre
tuya,
Bella.
En
cuanto la quite me quede helado, debajo de la nota había una paleta plástica
con una ventanita con un signo + dentro, era una prueba de embarazo.
Levante
los ojos hacia Bella que me miraba desbordante de alegría desde el marco de la
puerta del baño.
-
Feliz
aniversario papá - me dijo - ya lo confirme con un análisis de sangre hoy en la
mañana, ahora te lo muestro, debo tener más o menos mes y medio según mi
cuenta, tengo la cita con el médico el lunes ¿Querrías acompañarme? - una
lágrima resbalaba por su mejilla, corrí hacia ella para besarla y luego la
levante para quedar con mi rostro al nivel de su vientre para besarlo también,
ella reía sonoramente.
-
Por
supuesto mi amor, hasta el fin del mundo te acompaño si me los pides - juré -
me has dado el mejor de los regalos que nadie pueda darme jamás - lagrimas de alegría
bañaron mis mejillas también.
-
Y
tú a mi amor mío, un bebe producto de nuestro amor crece dentro de mí ese es el
mejor regalo de todos, te amo Jacob Black, te amo -
-
Y
yo te amo a ti y a nuestro bebé, Isabella Black - grite lleno de emoción antes
de besarla una y otra vez.
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Hola mis amores.
Disculpen lo tarde de la actualización pero no tuve internet en todo el día
pero ya está aquí el capi de hoy, espero que les guste y recuerden dejar sus
comentarios.
L@s quiero mucho,
Gaby Black.
4 comentarios:
me gusta esta historia, pero megusta mas la del principe volturi ja plisssss actualiza mas seguido adoro esa historia, sigue escriviendo
Caer de la noche tú otro lado de la luna es. Subir del día fue tú rayo de sol y así nos muestran al príncipe, sí, al príncipe del corazón. Sigue mi "reina de corazones" Besotes
awwww, casi lloro Y.Y nanai (L)
P E R F E C T O
woooooow me ENCANTA!!!
que lindo un mini Jake!!!
corriendo por la casa que tierno
aaaaaaaa me encanto Hermaniiiii
tambien me gusto la forma en que
lo conciente bella y definitivamente
yo tambien ubiera puesto
Rapido y Furioso me encanta "saga"
jajajajajajajajaja
tambien me gusto cuando hace el
desayuno ooooooo que CUTE!!!
jajajajajajajaja
ya dije que me ENCANTO el capi???
besos!!!
.....* Gaby Cullen Black *.....
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