Capítulo
I: Recuerdos.
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Bella
POV -
Hoy
se cumplen 5 años desde que Edward Cullen se marchó para no volver, el día en
que me abandono. Todo ha sido tal cual como lo prometió no volví a saber de él,
era como si nunca hubiese existido. La cicatriz que quedaba del hueco que había
existido en mi pecho aun dolía por su recuerdo, sabía que siempre seria así
pero ahora era mi pasado, irónicamente hoy en el aniversario de su partida mi
vida cambiaba una vez más, comenzaba mi futuro, mi nueva vida.
Los
recuerdos de todo lo pasado en aquellos años llegaron a mi mente, trayendo con
ellos diversas emociones ligadas a cada uno.
La
primera vez que vi Sam cuando me encontró en el medio del bosque.
Pensé
que no sobreviviría tanto tiempo, en realidad estaba convencida de que moriría
al día siguiente de su partida, pero eso hubiese sido demasiado benévolo para
mí.
Durante
meses el tiempo transcurrió a mí alrededor sin que siquiera lo notara, mi
corazón latía, mi cuerpo estaba vivo pero vacio, completamente vacío.
Mi
mente estaba nublada todo el tiempo, cuanto pasaba a mi alrededor parecía una
película mal enfocada en un cine de mala muerte, mientras yo sentada en la sala
apenas ponía atención a la pantalla.
Me
aleje de todo y de todos, me encerré en mi misma para tratar de alguna manera
de huir del dolor que me carcomía.
Era
la hija perfecta, la estudiante modelo, cumplía con todos mis deberes sin
rezongar nunca por nada, me mantenía tan ocupada como podía. Pero no hablaba
más de lo necesario, no sonreía más que falsas sonrisas por mera educación y
eso solo cuando ponía suficiente atención como para notar que era necesario
sonreír, caminaba, comía, dormía por puro instinto, era un zombi.
Tampoco
hablaba con nadie en el instituto, entraba a clases y salía de ellas como
autómata, como era todo en mi vida. Me había alejado de Jessica, de Ángela, con
quien hablaba un poco más era con Mike y solo porque trabajaba en la tienda de artículos
deportivos y para excursionistas de sus padres y siempre apenas lo
indispensable.
La
mañana que Charlie explotó, no soportaba seguir viéndome así. Quería que fuera
a un psiquiatra y al no aceptar decidió regresarme con Renee, estaba sufriendo tanto
como yo por verme así y estaba desesperado. Solo deseaba verme feliz o por lo
menos no tan desdichada. Yo comprendía su dolor, tenía que hacer lo posible por
no arrastrar a nadie más en mi sufrimiento.
Debería
querer irme, regresar al que había sido mi hogar y darle la espalda a todo este
dolor, cada rincón de Forks tenía un recuerdo de Edward, de nuestro tiempo
juntos, de todo lo que añoraba en mi corazón y sabia que nunca más volvería
a tener.
Cuando
pensé que no podría más, cuando las fuerzas para seguir me abandonaban y estaba
a punto de darme por vencida un poquito de esperanza brillo de nuevo para mí.
La
noche que salí con Jessica al cine por complacer a Charlie, había descubierto,
accidentalmente, que cuando estaba en peligro lograba escuchar su voz, y no
aquella terrible imitación que evocaba mi pobre memoria, sino el sonido exacto
y melodioso de su voz aterciopelada como si estuviese junto a mí, hablándome al
oído.
El
tiempo que pasamos reparando aquellas viejas motos que me había regalado el
hijo pequeño de los Marks, fue lo más parecido a la paz y a la felicidad que
había conocido en todo este tiempo.
Había
encontrado el lugar perfecto para mí en el improvisado garaje de la casa de
Jake, sin recuerdos desgarradores de un pasado que no iba a volver, cada vez
que puedo me lo repito a mí misma, no va a volver Jamás.
Aquel
día en mí loca búsqueda de adrenalina, encontré algo más. El apoyo, la amistad
y el amor incondicional que me mantuvieron viva con el paso del tiempo. Jacob
Black regreso a mí para salvar la poca vida que me quedaba.
Se
convirtió en el rayo de sol al final de la tormenta que te recuerda que lo peor ha pasado, y
aunque nunca lo olvide, tenía alguien más por quien vivir.
Logre
erradicar de mi mente aquel estupor que se había adueñado de mi y comencé a ver
las consecuencias de mis meses de zombi.
Trate
de reparar, por decirlo de alguna manera, un poco las relaciones con mis
compañeros de clases y Ángela, tan noble como siempre fue la primera en darme
la bienvenida de nuevo a la vida.
Fui
recuperando poco a poco los trozos de mí destrozada vida y sobre todo comencé a
dormir más y a tener menos pesadillas con el paso del tiempo, mi sol personal
estaba, lentamente, sanando mi alma al
fin.
Cada
día sentía como los sentimientos de Jacob hacia mi cambiaban o más bien se
incrementaban, aquello se me estaba saliendo de las manos, debía detenerlo pero
no podía, no podía renunciar a mi razón de vivir.
Cada
vez que estábamos juntos el me tomaba de la mano, me abrazaba a placer,
acariciaba mi rostro, mi cabello y yo lo dejaba, su contacto era como un
ungüento que alejaba los dolores.
Sabía
que era egoísta de mi parte permitir que aquel chico maravilloso que se
encontraba a mi lado me amara, siendo yo una cascara vacía incapaz de sentir algo, me deje querer,
aferrándome a su amor como mi única razón para vivir, como a un salvavidas en
el medio del mar lo apretaba cada vez más a mí para no ahogarme.
Las
múltiples excursiones con Jake mí en mi intento de encontrar el Prado de
Edward.
Luego
de mi regreso a la vida en el instituto Mike me había hecho varias invitaciones
a salir un fin de semana, las que había rechazado con diferentes escusas, con
Edward fuera de escena retomo sus intensiones de conquistarme.
Aquella
loca idea de ir al cine con él y otros compañeros de instituto y claro Jacob, para
tratar de que quedara muy claro para ambos que lugar quería que ocuparan en mi
vida, amigos, solo amigos.
El
viernes en la noche Mike se encontró con nosotros, no disimulo para nada la
decepción al ver a Jake conmigo mientras le comunicaba que los otros que debían
reunirse con nosotros habían contraído algún tipo de gastroenteritis y no
podrían acompañarnos.
Ya
en el cine Mike enfermo también. Quede sola con Jake, por supuesto que me
sentía mejor solo con él pero la salida de amigos término convirtiéndose en lo que
más temía, una casi cita con Jacob.
Cuando
Mike logro dejar de vomitar lo suficiente para irnos fuimos por su camioneta y
lo lleve a su casa mientras Jacob nos seguía en su auto.
A
la mañana siguiente estaba tan enferma como Mike y al parecer Jake también.
En
48 horas estaba como nueva, pero Jacob seguía malito, quise ir a verlo pero
Billy me dijo que tenía mononucleosis y que no podría visitarlo en un tiempo,
por supuesto no me quede solo con aquello y busque la información en internet,
era cierto la convalecencia era de aproximadamente un mes.
¿Cómo
podría estar tanto tiempo sin Jake? ¿Volvería a mi estado anterior en su
ausencia? Las dudas invadieron mi mente, debía resistir para estar para el
cuándo regresara a mí, porque Jake si regresaría, estaba, tenía que estar
segura de eso o esta vez si no sobreviviría.
Mi
mundo se vino abajo de nuevo cuando después de una semana telefonee a su casa y
Billy me dijo que no estaba, al final no tenia mononucleosis sino algún otro
virus y ya se sentía bien, había salido a Port Ángeles con sus amigos a una
función doble de cine, estaba bien para salir pero no para llamarme aquello me cayó
como un balde de agua fría.
Mi
brillante idea de no quedarme sola en casa ya que Jacob no estaba en la suya y salir
de nuevo en busca del prado de Edward para terminar en aquel extraño encuentro
con Laurent en el prado, la primera vez que vi a Jacob como lobo, aun sin
saberlo.
Los
días pasaron mientras mi desesperación se hacía cada vez más grande, después de
una semana más decidí que debía confrontarlo, tenía que explicarme que había
pasado, ¿se habría cansado de mi? ¿de esperar por algo que yo no podría darle?
si era así necesitaba que el mismo me lo dijera.
Cuando
fui a la reserva a buscarlo y para mi sorpresa no era el mismo, había cambiado
a tal punto de parecer otra persona. Había cortado su hermoso cabello casi a
rape, su cuerpo se había engrosado, estaba más musculoso y su rostro también
era distinto, ya no irradiaba aquella calidez de antaño, sus facciones se veían
duras y tensas parecían las de alguien mucho mayor. Incluso la manera de moverse había cambiado,
ahora el garbo de su andar me sorprendía aun mas. Había dejado de ser el
desgarbado y cálido chico, que muy a mi manera amaba, para convertirse en un
hombre amargado.
Era
totalmente diferente, con la mirada llena de rencor, era alguien oscuro. La luz
de mi sol personal se había apagado.
Comprendí
la razón al ver quienes le acompañaban y recordar sus comentarios sobre ellos,
que les temía por como habían cambiado, incluso uno de sus mejores amigos había
dejado de frecuentarlo cuando se unió a
ellos.
Parecían
quintillizos, eran tan similares entre ellos, la misma ira en la mirada, el
mismo corte de cabello y los cuerpos gigantescos y musculosos. Solo Sam tenía
algo diferente, se veía más sereno.
Después
de aquel horrible encuentro sentí como el salvavidas que me mantenía a flote se
desprendía de mi abrazo y comenzaba a hundirme de nuevo en el dolor, me
ahogaría y ahora era inevitable, nadie me rescataría.
Aquella
noche regresaron los sueños, soñé con el nuevo Jake, caminábamos por la playa,
su andar grácil me recordaba a alguien más y entonces ante mis ojos la imagen
comenzó a cambiar, su piel cobriza comenzó a aclarar hasta ser totalmente pálida,
el color de sus ojos de negro como la noche paso a un dorado que recordaba
claramente, su cabello creció alborotado y tomando tonalidades bronce, frente a
mi ya no estaba Jacob ahora en su lugar estaba Edward en todo su esplendor.
Tendí mis brazos hacia él, quería abrazarlo, tenerlo entre mis brazos pero solo
desapareció.
Al
despertar tenía el rostro lleno de lagrimas, una vez más. Escuche el ruido de
algo que raspaba mi ventana y me sobresalte. Salí de la cama como pude luchando
por no tropezar y me acerque a la ventana. Una oscura silueta colgaba del árbol
en el patio de la casa, me costó un poco abrir la ventana para reconocer al
intruso que intentaba entrar a casa, Jake me pidió que me apartara para dejarlo
entrar y saltó dentro de mi habitación, espere que se cayera del árbol o se
estampara contra la pared, pero no sucedió nada aterrizo con un golpe seco en
el medio de mi habitación sin titubear ni un segundo.
Fue
a verme para disculparse y tratar de hacerme entender lo que pasaba, termine
descubriendo que vivía un cuento de hadas, sin hadas, sin príncipes o
princesas, solo la torpe damisela en apuros y las criaturas mitológicas.
Aquella
vez que hice salto de acantilado con Jake, solo por escuchar de nuevo la voz de
Edward.
Cuando
conocí a los chicos de la manada y a Emily, al principio me sentía tan fuera de
lugar y luego todo cambio, fueron convirtiéndose en mí familia me aceptaron
entre ellos y ayudaron a sanar.
Con
el paso del tiempo me integre de nuevo a todo y a todos a mí alrededor siendo
tan normal como podía serlo.
Jacob
se convirtió poco a poco en todo para mí, le entregue mi maltrecho corazón para
que lo cuidara y él lo acepto sin importar las condiciones en que se
encontraba.
Estuvo
pacientemente a mi lado brindándome su amor sin pedir nada a cambio, recibiendo
de mí lo poco que pudiera darle, como si le entregara el mundo.
Seco
mis lágrimas cuando lo necesite, dejándome llorar en su hombro cuando me fue
necesario, estuvo para mí siempre como lo había prometido un día.
Se
tomo el tiempo de suturar con amor los bordes de la herida de mi pecho punto
por punto, convirtiéndola en una cicatriz que quemaba con los recuerdos del
pasado, pero cerrada al fin.
Nadie
merecía ser amado más que él y después de tanto esperar su paciencia cobro
frutos y lo acepte siempre a sabiendas de que el dolor, aunque sanaba día a día,
seguía allí, latente.
El
tiempo hizo lo suyo a su paso y me permitió darme una oportunidad de ser feliz,
el amor de Jacob sano mis heridas casi por completo y mi corazón termino por
jugarme sucio cuando se rindió a sus pies, me enamore de Jacob, lo amaba de
verdad con toda mi alma.
Termine
por darle la razón cuando una vez me dijo “estoy hecho a tu medida, Bella. Lo
nuestro habría funcionado sin esfuerzo, hubiera sido tan fácil como respirar.
Yo era el sendero natural por el que habría discurrido tu vida si el mundo
fuera como debiera, si no hubiera monstruos ni magia”.
Yo
no podía creer todo aquello en el momento que me lo dijo, pensé que nunca
podría amar de nuevo y ahora solo estaba volviendo a mi propio cauce, junto al
amor que el destino deparaba para mí, al amor de mi vida.
Las
palabras del hombre frente a mi disiparon mis recuerdos volviéndome al
presente,
-
¿Y
tu Isabella Marie Swan quieres recibir a Jacob Black, como esposo, y prometes
serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, y,
así, amarle y respetarle todos los días de tu vida? -
-
Si,
acepto - respondí mirando aquellos ojos llenos de amor y adoración hacia mí,
los ojos de mi salvador, de mi alma gemela, de mi mejor amigo y ahora de mi
esposo.
5 comentarios:
esta muy bien , pero me hubiese gustado mas que eduard hubiera regresado por ella.
ahhhhh...
bueno...
para las team jacob debe ser maravilloso... ami me recuerda cuando me lei New Moon, siempre preguntandome dónde carajos esta edward y a que hora aparece?.
Sigue escribiendo esta historia x q me encantaria en serio leerla!!
Tienes talento para la pluma!!!
Sí, aires nuevos brisas y tormentas. No dejes de darnos ese maravilloso calor que hay en tus historias. Tú calor alimenta nuestra mente y abre nuestro corazón. Besotes miles NTLS HN
aii no mi pobrecito ed de maluco .. esperare hazta k lo pongas de buenito . y recuerda no lo metas con todas o te envio a jane asjkasjkasjkasjksakj
te adoro preciosa
BESOS
EDWARD MY LOVEEEEEEEEEEEEEE
ahh omg gabyyy!
je jee gusto pero se ve que ees team jake este fic...
besitoss luego sigo leyendo
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