-
En
Francia me encantaba visitar los museos con mi hermana, el nivel de cultura
allá es algo tan diferente y no me mal entiendas, me refiero a que a los
jóvenes allá realmente les interesa eso – me explicaba.
-
Sí,
bueno aquí no hay muchos museos que visitar – me carcajee – así que tendremos que pensar en algo para que no te
aburras y te quieras regresar a Francia – ella se unió a mis risas para luego
agregar.
-
No
te preocupes, encontré algo en Forks que en ningún otro lugar del mundo podre
tener y no tengo intensiones de perderlo – me miraba de reojo intentando leer
mis reacciones creo yo.
-
Me
alegra que haya algo aquí que te mantenga a mi lado – no sé de donde saque el
valor para decir aquello pero bueno ya estaba dicho – creo que ya Forks no
sería lo mismo para mi si tu no estuvieses – sentí mis mejillas arder.
-
Qué
te parece que a mí también me alegra saber eso, mi vida cambio desde que tú
entraste en ella - tomo mi mano y
entrelazo sus dedos con los míos y yo apreté su mano suavemente.
Después
de discutir las diferentes posibilidades para pasar el rato en Port Ángeles
optamos por lo seguro, película como primera parte y ya después veríamos.
Yo
en lo único que podía pensar era en como sería el sabor de sus labios, respirar
su aliento mezclado con el mío, estrecharla contra mí y sentir su piel bajo mis
dedos ya que llevaba guantes y no pude sentir la piel de sus manos.
Compre
sodas y palomitas y entramos a la sala. Nos sentamos pegados de la pared en la
parte de arriba, en una fila solo para nosotros.
Pero
que idea más brillante tuve al escoger la película, vimos Diabólica tentación,
se trataba de una cheerleader poseída por el diablo que se dedica a matar a
todo chico que se cruza en su camino con ganas de sexo.
Ver
a Megan Fox bien valía la pena, pero imaginarme a la belleza a mi lado
convertirse en algo parecido a la loca asesina de la pantalla me ponía los
pelos de punta.
Ella
parecía pensar lo mismo pues me miraba y se reía después de cada asesinato.
-
Yo
que tú me lo pensaría muy bien antes de pensar siquiera en sexo cerca de mí –
se burlo entre risas en cuanto salimos de la sala.
-
Muy
graciosita la niña - le respondí enfurruñado,
no podía aguantar las ganas de reírme también.
Caminamos
un rato por el boulevard en silencio, íbamos tomados de la mano, al igual que
todo el tiempo desde que bajamos del auto, lo que era algo extraño pues no sabía
que éramos en realidad, si éramos amigos o novios o amigos con derechos o que
rayos.
-
Mmmm
¿Qué quieres hacer ahora? – preguntó buscando mi mirada cuando noto lo
pensativo que estaba.
-
Eh…
Bueno en realidad no sé, no tengo nada de hambre ya que me comí yo solo todas
las palomitas pero supongo que tu sí –
-
No,
para nada – me aseguró – estoy en una dieta especial – se río de algún chiste
que no entendí – creo que lo mejor sería regresar ¿no crees? Ya está comenzando
a caer la noche – me miraba risueña y lucia tan hermosa – creo que me encantaría
que diésemos un paseo por la playa que está cerca de mi casa, donde vas con tus
amigos –
-
Oh…
señorita debo suponer que me espía – me puse unos pasos delante de ella y seguí
caminando de espaldas mirándola, estaba sorprendida y parecía realmente apenada
por su pequeña indiscreción – estoy esperando una explicación Bella Swan – me
puse en jarras tratando de controlar la risa.
-
Bueno,
bueno. Es cierto, los vi un par de veces mientras… caminaba por el bosque –
subió las manos en señal de rendición – no quería espiarte, solo fue una
grandísima casualidad –
-
Está
bien señorita, aunque debería buscar la manera de castigarla creo que con esa
sonrisa suya no podría, así que no me queda más remedio que perdonarle - me
detuve para esperarle e incontrolablemente la estreche entre mis brazos y ella
se aferro a mi gustosa, calzaba perfecta en ese espacio tanto que parecía que
mis brazos eran solo para eso, esa era su función en esta vida, estrecharla a
ella.
-
Lo
mejor será que nos vayamos – me dijo besándome en las mejilla, sentí arder mi
piel solo por ese simple roce.
El
camino de regreso me toco aclarar todas y cada una de las historias que Alice
le conto a la hora del almuerzo en la cafetería, ya me las pagaría en pequeño
duende al llegar a casa.
Aparcamos
cerca de la playa y aunque tanto la arena como el agua estaban heladas ella se
quito los zapatos y los calcetines para caminar descalza por la playa.
La
luna llena se reflejaba en el mar y la noche estaba hermosamente iluminada.
Esa
misma luz bañaba su rostro haciéndolo resplandecer mientras la miraba caminar
por la orilla saltando entre las olas sin importarle si se mojaba o no la ropa.
-
Le
tienes miedo a un poco de agua Cullen – me retaba para que la siguiera – te
prometo que yo misma te cuidare si te resfrías “POLLITO” – se burlaba tan
descaradamente que no pude resistirme.
Lance
un zapato a un lado y el otro sabrá Dios donde fue a parar, me hale los
calcetines ya corriendo y casi me voy de trompa contra el suelo un par de
veces, ella corría y gritaba por la playa huyendo de mi y aunque me costó algo
darle alcance lo logre y me lance sobre ella.
Caímos
al suelo dando vueltas quedando empapados de pies a cabeza, muertos de risa
justo hasta que dejamos de girar y ella quedo sobre mí con su boca a
centímetros de la mía.
Le
aparte el cabello del rostro y nos miramos por unos segundos que llegaron a
parecer una eternidad.
Poso
sus labios sobre los míos y llegue al paraíso en ese preciso instante, sentí
como el calor recorría todo mi cuerpo que reaccionaba velozmente a las
sensaciones que ella producía en mí.
Comencé
a rozar sus labios con mi lengua y ella me recibió dentro con placer, todo
estaba frio, incluso su aliento pero yo lo sentía entrar en mi garganta
abrazadoramente.
Nuestras
lenguas se conocieron centímetro a centímetro, recorrimos nuestras bocas sin
perder detalle y solo la falta de aire me hizo separarme de ella lo suficiente
para recobrar el aliento y volver a la batalla de mi lengua contra la suya.
El
descubrimiento de sensaciones era increíble, cada roce incluso por encima de
nuestras ropas despertaba todos mis instintos y la deseaba con locura, sus
gemidos suaves me dejaban ver que ella estaba sintiendo exactamente lo mismo
que yo.
Cuando
necesite un nuevo respiro ella aprovecho los segundo para recordarme algo que
de nuevo no entendí.
-
Ya
te lo he dicho Cullen, no debería
ser tan fácil para mí tenerte donde quiero, podría ser algo peligroso para ti –
acaricio mi rostro mirándome directo a los ojos.
Los de ella, oscurecidos como aquella noche frente a mi casa me dejaban
ver algo difícil de describir parecía deseo o más bien hambre de mí.
Comenzó a besarme el cuello, pasaba su lengua y daba pequeños
mordisquitos en sitios estratégicos, yo me olvide hasta de cómo respirar
hundido en aquel mar de sensaciones que me llevarían a la locura.
Metí mis manos debajo de su chaqueta y luego debajo de su camiseta,
estaban empapadas y su piel helada como un tempano de hielo pero fue sentir mi
piel contra la suya lo que nos hizo estremecer a ambos, sentía mi erección a
punto de explotar, estaba a segundos de perder por completo el poco control que
me quedaba, olvidaría todo a nuestro alrededor y solo sería capaz de hacerla
mía.
No me sentía nervioso o incomodo, lo que hubiese sido lo normal para
alguien con mi escaza experiencia, por el contrario sentía como si supiese
exactamente como y donde tocarla para obtener las respuestas que su cuerpo me
daba.
Ella imitó mis movimientos, ni siquiera supe cuando se quito los guantes
pero sus manos heladas comenzaron a recorrer la piel de mi espalda que estaba a
su alcance yo la apretaba a mí y besaba su cuello al igual que ella hacía
conmigo.
-
Edward - gimió contra mis labios – serás… mi
perdición – y clavo sus dientes en mi cuello mordiendo suavemente.
De
pronto como si hubiese tenido un corto circuito se puso de pie en un solo
movimiento.
-
Debemos
irnos Edward – me apremió, perecía realmente asustada.
-
¿Qué
pasa Bella? – pregunté tratando de recuperar mis facultades mentales por completo.
-
Ahora
no hay tiempo para explicaciones, debemos irnos y rápido – me halaba de ropa y
casi me la arrancaba, vaya que era
fuerte esta mujer.
-
Pero…
- trate de preguntar de nuevo pero su brusco movimiento al detenerse me hizo
callar de inmediato.
Miraba
fijamente al lado contrario de la playa y su cuerpo se tenso aún más, yo trate
infructuosamente de buscar la razón de tanto alboroto.
Pocos
minutos después comencé a vislumbrar las siluetas que se acercaban a nosotros.
Al
principio no pude reconocerlos pero a medida que se acercaban a nuestra
posición los rostros de Sam, Embry, Paúl y Jared fueron fáciles de distinguir
aún entre las sombras.
-
Déjalo
irse… mujer – le ordenó Sam casi en un grito, dijo la palabra mujer como si
fuera la descripción errónea para la persona a mi lado.
-
Te
has vuelto loco Sam – le grite yo sin entender ni media palabra de lo que
pasaba entre ellos – no la dejare sola, ella ha venido conmigo y se irá conmigo
– la tome de la mano y trate de hacerla caminar pero no se movió ni un
centímetro, los miraba llena de furia como si quisiera arrancarles la cabeza
allí mismo.
-
No
te metas en esto Edward, debes irte ahora mismo – Embry ni siquiera me miraba
mientras decía aquellas estúpidas palabras que yo seguía sin comprender – hazle
caso a Sam –
-
Pero
se han vuelto locos – le grite enfureciéndome también, el ambiente era de total
violencia a pesar de que aun los separaban de nosotros algunos metros – ¿Es que
están drogados o qué? – cualquier cosa que me ayudase un poco a entender lo que
pasaba sería una excelente explicación en aquel momento.
Me
desubique por completo cuando un gruñido completamente animal abandono la
garganta de Isabella y ésta adoptó la posición de un depredador al momento de
atacar.
-
Es
tu última oportunidad para irte Edward – volvió a hablar Sam – este monstruo es
peligroso para ti – dijo esto mirando a Isabella como si fuese un león a punto
de saltar sobre él y debo admitir que esa era la impresión que daba al verla.
-
¿Pero
de qué hablan por Dios? – pregunte más confuso cada segundo que pasaba –
aléjense de ella – la defendería de ellos como fuera.
Ni
siquiera supe que fue lo que paso hasta que me vi alejándome de la playa a una
velocidad imposible, todo lo que sucedía a mi alrededor era imposible, tenía
que estar dentro de alguna de mis peores pesadillas y si no despertaba pronto sería
un vegetal llegado el momento pues mi mente estallaría ante tanta
incomprensión.
Isabella
me llevaba entre sus brazos y corría entre las siluetas de lo que supuse serían
los arboles del bosque cercano a la playa, todo se movía demasiado rápido.
Aún
tenía la mirada fija en los chicos que dejábamos atrás en la playa cuando vi
sus cuerpos explotar uno a uno para dejar salir a cuatro lobos gigantescos de
colores diversos que se lanzaron a la carrera contra nosotros.
Me
sentí desfallecer, me faltaba el aire, sentí nauseas y ganas de devolver todo
cuanto mi estomago contenía.
Todo
aquello tenía que ser mentira o estaba volviéndome loco, mi mente tenía que
estar burlándose de mí no se con que endemoniada finalidad.
Pasamos
la carretera y pude ubicarme un poco a pesar de apenas lograr ver algo,
estábamos acercándonos a la casa de Isabella con los lobos pisándonos los
talones.
Ella
zigzagueaba entre los árboles supongo que para evitar que nos dieran alcance de
un salto y yo sentía que perdería el conocimiento en cualquier momento cuando
la escuche decir.
-
Aguanta
un poco Edward, estamos por llegar – su respiración era completamente
acompasada y ni siquiera le costó un poco mencionar las palabras – Charlie,
Emmett – dijo esto como si estuviese hablando conmigo, sin levantar para nada
la voz.
Nos
detuvimos por completo y apenas pude ver que pasábamos a través del portón de
su casa que se abrió para dejarnos pasar, me colocó con mucho cuidado en el
piso una vez adentro y apenas logre escuchar unas cuantas palabras más entre
los aullidos de los lobos antes de perder el conocimiento.
-
Ay
hermanita me sorprende lo obediente que has sido – reconocí la voz del
grandulón y luego otra voz, una totalmente desconocida agrego algo más.
-
No
es el momento Emmett, ya arreglare cuentas con Isabella en cuanto salgamos de
esto, lleva al chico adentro y ojala soporte la impresión de saber… -
No
sé por cuánto tiempo estuve inconsciente, casi me caigo del sofá en el que
estaba acostado. Me levante completamente mareado y me costó enfocar las
imágenes a mi alrededor.
Isabella
me miraba inquieta desde un sillón al lado del sofá, de pie junto a ella el
grandulón y caminando detrás de ambos estaba un hombre al que nunca antes había
visto, hablaba o me parecía que eso hacia pues movía los labios rapidísimo y el
grandulón asentía.
-
Ha
despertado ya – escuche la voz de Isabella y ambos hombres me miraron
expectantes.
-
La
hora de la verdad ha llegado – dijo el grandulón dejándose caer en el suelo
entre Isabella y yo.
El
otro se acerco a mí y pregunto.
-
¿Cómo
te sientes chico? –
-
¿Qué
ha pasado? – pregunte muy confundido y como si le hubiese dado play a la
reproducción de un película, las imágenes de lo sucedido antes de que perdiese
el conocimiento comenzaron a aparecer una a una ante mis ojos.
-
Va
a entrar en shock de nuevo – agregó el grandulón, supongo que por la expresión
que debía haber adoptado mi rostro a medida que recordaba.
-
Isabella
– susurre y ella se acercó a mi cautelosa - ¿qué ha pasado? ¿los lobos? ¿estás
bien? ¿por qué querían atacarnos? ¿Qué les hicimos? – las preguntas comenzaron
a salir de mi boca descontroladamente - ¿qué cosa eres? –
Un
dolor indescriptible cruzo el rostro de Isabella en ese instante y me arrepentí
de inmediato por lo que acababa de preguntar ¿es qué acaso me importaba lo que
fuese? ¿Dejaría de amarle por eso? Claro que no.
La
tome por la mano para evitar que se alejara y la hale hacia mí para abrazarla.
-
No
me importa lo que seas – le aseguré sinceramente – solo me importa lo mucho que
te quiero y te necesito a mi lado -
Cayó
de rodillas frente a mí de nuevo para estar a mi altura.
-
Yo
también te quiero Edward – me respondió y me abrazo con fuerza, aunque supongo
que eso para ella era suavemente ahora que sabía lo que era capaz de hacer – ya
no habrá más secretos entre nosotros – prometió.
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Ups mis más sinceras disculpas por lo tarde Amores, pero mi musa
salió hoy y no había querido regresar jajajajajaja.
Mi Mer aquí te dejo tu dosis para cuando te levantes como te lo
prometí.
Espero que les guste el capitulo, wow como me costó escribirlo,
es horrible saber que quieres escribir pero no hallar como plasmarlo en letras
jajajajaja.
Flawer es cierto que el ocio me mata pero la inspiración no
llega así como así y si me comprometiese a actualizar más seguido les quedaría
mal más seguido también porque de verdad que no me daría tiempo.
Gracias a tod@s por tomarse el tiempo para pasar por aquí y
leerme y les pido que me dejen sus importantísimos comentarios.
L@s quiero muchísimo.
9 comentarios:
Aunque tarde la musa llegó fue tanto su inspiración que muestra de ello nos dejó. Excelente mi "reina". Besotes miles
hola!! me gusto mxo el capitulo, no te preocupes porque no te llegue la inspiracion, ella siempre llega, stare esperando el proximo
BESOS DULCES
Querida Gaby:
=( que triste pero no importa porque te entiendo y me portare bien, esperare con paciencia que actualises y lo más importante -¡¡que pedire mucho para que tu musa no te vuleva a dejar!!- ¡ok!bueno te felicito por este capi. estuvo genial, solo que me dejo muy picada, ¡haha!-¡¡¡¡lo se!!!!, ¡¡¡¡lo se!!!!,PACIENCIA. =/
¡ =)! Te dejo besos y un fuerte abrazo.
HERMANIII
me SUPER-ENCANTO el capi!!!
wiiiiiii
solo que yo pense que la rebelacion
seria parecida a la de crepusculo
pero me encanto como lo plasmaste!!
wiiii
por la tardansa no te preocupes
todos deben(mos) entender que la
MUSA no simpre esta de "buenas"
pero bale la pena esperar
nos diste un MUY BUEN CAPI!!!
sabes que Te Quiero!!!
besos
.....* Gaby Cullen Black *.....
Gaby!! q bello el cap... me encantaron los momentos romanticos de Bella y Edward...*
Y que Isabella más descuidada ehh...!!! jejeje... espero con ansias el prox cap..
EXCELENTE CAPITULO...
Bye... besos y jacobs
Gaby Gaby Gaby!!!
No importa k tardo en llegar pero simplemente valio la pena... Maravilloso capitulo... las cosas se ponen muy interesantes e intesnas... Estaré esperando!!!
Gracias gracias gracias!!!
Tengo emoción!!!
XoXo
Hola Gaby
Me encanta como escribes, y tenéis tod@s una mente prodigiosa, crees que los escritores son capaces de escribir tanto y tan seguido?? seguro seguro que aunque no se les vaya la musa de parranda no serian capaces.
Bueno sigue así que me encantan tus capis.
Besos
GISELLA
nena cullen:estubo genial pobre bella que mal rato le hiciron pasar los lobos pero me alegro que edward ya sepa lo que es bella estoy impacientes por que publique el porsimo capi gaby muchos suspiros de jekob para ti mi gaby eres genial me a encatado to blog
muy bueno, pobre edward, jeejjej, cuando actualizas? estoy muy intrigada y e visto q no lo as hexo desde el 8 de noviembre, sigue con esto x favor besos y axuxones desde españa
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