Capítulo III: luchando por su vida.
Salió
de sus habitaciones no sin antes prometer regresar cuanto antes a la mal
encarada Sulpicia.
Ni
repetir lo que esa mujer pensaba, que mente tan sucia una dama no debía usar
aquel vocabulario, pensé entre risas.
Quise
correr pero los pensamientos de mi padre borraron por completo mis intensiones “por
ninguna razón voy a correr como un
chicuelo desesperado por los pasillos Edward Anthony” puse los ojos en blanco y
me detuve para esperarle.
Lo
tome por el antebrazo para mostrarle
todo lo que había pasado y el por qué de mi petición.
- Mmm ya veo. Te envió a eliminar un
vampiro problemático y tú lo traes a casa con toda la intención de conservarlo,
por supuesto no se te ocurrió algo que nos causara más problemas ¿no hijo mío? -
Solo
logre sonreír en agradecimiento, sabía que haría todo lo que estuviese en sus
manos para complacerme, además ¿no era el mismo quien insistía en que
necesitaba una compañera? Yo solo le obedecía, aunque no estaba muy seguro de
que este fuera el caso pero ya vería después como lidiar con lo demás.
Marco
y Cayo ya nos esperaban frente a la cámara de audiencias alguien debía haberles
avisado, mataría a Félix o Demetri por esto.
Los
ancianos no hicieron nada por evitar que leyera sus pensamientos.
A
Marco le parecía una molestia toda esta pérdida de tiempo, siempre era el más
desinteresado en casi todo. En cambio Cayo repetía una y otra vez “no te quedaras
con ella ni en sueños, no lo permitiré mocoso engreído, la matare con mis
propias manos de ser preciso”.
Un
gruñido comenzó a escapar por mi garganta y mi padre puso la mano en mi hombro
para controlarme.
- Ve por ella y tráela ante nosotros – me
dijo, “dame unos minutos para exponer mi punto de vista ante ellos” pensó para
que solo yo le escuchara.
Asentí
y seguí mi camino hacia la sala donde les había dejado.
Los
pensamientos de Cayo no salían de mi cabeza, siempre me había odiado me veía
como un oportunista con suerte.
Yo
no había pedido esto, yo no había buscado venir aquí y mucho menos quedarme.
Era
cierto tuve suerte por lo que se me presento, no sé porque pero sentí que este
era el lugar al que pertenecía, aquí debía estar y solo hice lo que mi cuerpo
pedía, estar donde quería estar.
¿Esa
era una razón para odiarme tanto?
Cuando
llegue al salón donde me esperaban mi anteriores acompañantes mire de Félix a
Demetri con furia en los ojos pero antes de que lograse saltarles encima el
nombre del culpable se dejo ver en sus mentes, Alec.
La
había visto y la oportunidad de meterme en problemas lo lleno de regocijo, ya
me las pagaras enano endemoniado pensé con ira, ya encontraría un buen
escarmiento para él de eso no cabía la menor duda.
- Debí habérmelo imaginado – conteste a
sus pensamientos mirando a la vampiresa arrinconada en el suelo junto a un sofá
que sonreía al notar mi regreso.
- Hace un momento estuvo a punto de perder
el control para atacarnos, pensé que tendría que matarla y apenas escucho tu
voz parece una gatita domesticada – comentó Félix pasando su mano por su
cabello como si no entendiera bien lo que pasaba.
- Será mejor salir de esto de una vez –
añadió Demetri – la paciencia no es una de las virtudes de Cayo - yo asentí y
la tome de la mano para llevarla a la cámara donde se encontraban deliberando
sobre su porvenir.
Escuchaba
sus pensamientos con atención, por primera vez me sentía como un invasor de la
intimidad ajena pero la curiosidad era más fuerte que cualquier instinto de
caballerosidad en mi.
“¿Porqué
es tan bueno conmigo? Nadie se había preocupado así por mi antes o después de...
y es realmente tan hermoso… quisiera tocar sus
labios… sentir su cabello entre mis dedos…”
Era
fascinante dejarme llevar por sus pensamientos, la miraba de reojo, luchaba por
no mirarme como tonta todo el tiempo era tan tierna por llamarlo de alguna
manera, no tenía la malicia propia de los de nuestra especie.
Entonces
los gritos provenientes de la cámara desviaron mi atención de sus pensamientos.
Nadie
gritaba realmente solo se escuchaba la voz de Aro cuando respondía a los
pensamientos que los otros ancianos le transmitían, pero los pensamientos de
Cayo serian gritos ensordecedores si se pronunciasen en voz alta “No puede ser
que siempre deban romperse la reglas para complacer a tu hijito, para que se
salga con la suya llevándose a la neófita a su cama, quizás lo mate si pierde
el control eso sería una pena ¿no? ni que fuera realmente tu sangre”
- Te agradezco tomar partido esta vez
Marco, por mantenerte en la neutralidad Edward es ahora el Señor de los
Vulturi, siempre se hace su santa voluntad – escupió al interpelado con desdén.
- Cayo hermano mío, por favor serénate –
como siempre la voz de mi padre mantenía un tono totalmente calmado y conciliador,
a diferencia de sus pensamientos que iban dirigidos a mí en un tono nada
paternal “te parece bien lo que has conseguido Edward Vulturi, de nuevo tus
caprichos y desobediencias ponen en peligro la ya de por si frágil armonía
entre mis hermanos y yo, ya se me ocurrirá como me pagaras por esto pequeño
demonio”
A
pesar de su tono molesto hacia mi sabia que estábamos a punto de lograrlo.
No
pude evitar sonreír casi triunfal y mis acompañantes se volvieron en mi
dirección con creciente curiosidad.
Marco
haría lo de siempre, lavarse las manos en el asunto y Cayo debería rendirse a…
De
pronto una idea brillante cruzo la mente de Cayo, mi padre no lo tocaba en ese
momento por lo que no imaginaba lo que maquinaba su horripilante ingenio, sentí
unas incontrolables ganas de entrar a la cámara y arrancarle la cabeza.
En
ese momento se acerco a Aro y lo dejo ver sus pensamientos al tiempo que comenzó
a exponer su idea para que Marco la escuchase también.
Pude
ver como el sufrimiento y la indecisión llenaban la mente de mi padre.
- Muy bien Aro, le permitiremos a la neófita
vivir – “como si no supiésemos eso ya” pensaron a la vez Félix y Demetri –
Edward podrá mantenerse a su lado pero deberá irse con ella de la fortaleza de
inmediato para no volver nunca – Félix y Demetri parecían un reflejo en un espejo
cuando se miraron con los ojos abiertos como platos e inmediatamente voltearon
hacia mí.
Mantuve
mi mirada fija en la gran puerta que me separaba de Cayo, tardaría dos segundos
en derribarla y matarle, nadie tendría tiempo de reaccionar, apretaba
fuertemente mis puños olvidando por completo la mano que se encontraba entre
ellos, de no haber sido vampiresa habría destrozado todos sus huesos.
“Edward
Anthony Vulturi Contrólate” los pensamientos de mi padre me ayudaron a disipar
un poco mi furia y a darme cuenta de los gruñidos aterradores que salían de mi pecho.
Me
alegre por unos instantes al leer la mente de Cayo, estaba aterrado, se había dado cuenta de exactamente lo mismo
que yo había estado pensando, matarlo sería tan fácil para mí en este momento.
Todos
sus miedos se reflejaron en su mente, yo ocupando su puesto entre los ancianos,
yo pasando de príncipe a rey, yo arrancándole la cabeza y terminando con su
vida.
Era
un placer ser la razón de su temor y por fin comprendí por completo el porqué
de tanto odio. Pensaba que me desharía de él para tomar su lugar.
¿Quién
le habría dicho que yo quería semejante responsabilidad? O peor aún verme
obligado a estar encerrado entre estas paredes la mayor parte del tiempo perdiendo
la libertad que ahora tengo, contaba con lo mejor que esta vida podía ofrecerme
poder y libertad absolutos.
Tenía
cuanto quería en mi posición actual, cosas a las que no estaba dispuesto a
renunciar por ocupar su lugar.
De
pronto me golpeo una realidad apremiante, la mente de mi padre era un
torbellino de pensamientos, no soportaría verme alejado de él, por primera vez
no me complacería, no podía hacerle eso pensaba“Edward no me pidas esto por favor” su
sufrimiento era casi tangible para mi, eran demasiados los años juntos.
Por
un momento la esperanza regreso a mí, había ignorado por completo los
pensamientos de Marco, todo estaba en sus manos ahora y las dudas lo embargaban.
Se
debatía entre la tentadora posibilidad de deshacerse de mí y la perdida
terrible que representaría para ellos la ausencia de mi don entre sus filas.
De
haber otro vampiro entre nosotros con poderes semejantes a los míos en lo más
mínimo estaría acabado pero ahora era la única carta que tenía a mi favor.
Al
fin después de un silencio que se hizo eterno hasta para vampiros, la voz de mi
padre se escucho de nuevo.
- Cayo ya conozco, más de lo que desearía
en estos momentos debo agregar, tu posición en el asunto así que todo queda en
manos de Marco, hermano mío la decisión es tuya –
Sus
pensamientos iban todos dirigidos a mi “no puedo con esto Edward, no renunciare
a ti por la vida de la neófita” sabía que estaba apenado pero no estaba
dispuesto a soportar que decidieran sobre mis acciones y aunque también me
desgarraría por separarme de él, me iría con ella de inmediato si esa era la
decisión final y me enfrentaría a todos.
Mi
única debilidad sería que él se enfrentara a mí personalmente, hasta allí
llegaría mi intento por escapar o defenderme, nunca lo lastimaría, era mi punto
débil.
“Es
un capricho Edward, se que crees que no pero lo es, yo lo sé”
También
estaba aterrado conocía tan bien como yo la lucha interna que se suscitaba en
la mente de Marco, pero ya había dejado de estar en contacto con el por lo que
no supo su decisión en el momento que la tomo, yo sí.
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Hola Amores, gracias por estar aquí leyendo todas y cada unas de
las ideas de esta cabecita loca que solo piensa en hacerles feliz.
Gracias a mi Mer por no dejarme flaquear nunca, a Carla Cullen
por tomarte el tiempo de leerme, a mi Hermani Gaby Cullen Black donde andas
metida te extraño, a Princcipessa Cullen, Lullaby, A Yohiro que ahora me
acompaña con esta historia tan diferente, en fin a todos los que día a día me animan
a continuar con esta maravillosa tarea de escribir para ustedes.
Con Amor,
Gaby Black.
9 comentarios:
hola gaby estuvo mortal este capii!!! en un punto llegue a enojarme porque se aya terminado ..porque lo dejas en suspenso jajaa.el principe vulturi esta muii bueno estos tres capitulos t dan una buena perpectiva de los vulturi y me encanta !!! espero mas de ello. Besitoss
SOS UNA GRANDE GABY CULLEN !!!!
LAP
GabyB me encanto estuvo tan hooooo pues todos estaban tan enojados con el me quede pidiendo mas mis nervios no soportaran hasta el otro miercoles y los pensamientos de la neofita mmmmmm serian los mios propios esos labios hay señor cualquiera los quisiera comer
Sabes que es mi preferida PV?. Me encantó y no podré esperar snif, snif.
Creer, saber que estás ahí me da alas, las alas de un ángel que cómo acariciar mi corazón. Besotes mi "ángel".
=OOOOOOO Salí nombrada hay (L)wiiii~
Es que de verdad me encanto, no sé, es que a pesar de ser diferente Edward no deja de ser el mismo ! xD
No tengo idea de como podría continuar este cap D: así que tendré que esperar TODA una semana para el próximo D: xD
Iuuu!
Esta re buena la historia! :)
No nos dejes con el alma en un hilo! ;)
Saludos!
DESEARIA KE PUBLICARAS MAS SEGUIDO ESTA HISTORIA ME ENCANTA, TE FELICITO Y TE DEJO MI CORREO KISIERA PLATICAR CONTIGO. CHICA_NICOTINA2@HOTMAIL,COM
aplausos!!!... muy bueno, está re bien armada esta historia!!!... te felicito, besos!!!
hola,tengo la adrenalina a 100 no escribo mucho x q voy a leer proximo capi!!!!
gabyy
no es justo kieres matarme chica??
je je muyy muyy bueno!
pero... no veo lemmon,... ja ja ja
besitos esta genial!
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