Free Cursors Sondra Twilight Fanfics: Principe Vulturi - Cap I

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Principe Vulturi - Cap I




Capítulo I: Conociéndome

De quien era antes de esta nueva vida, recuerdo poco. A veces algunas imágenes de la que debió ser mi familia, de la que era mi vida llegan a mí mente como un flash que desaparece antes de que pueda siquiera asimilarlo.

Lo último que recuerdo, su aliento frio en mi cuello, una turba de gente con antorchas y garrotes, acabarían con mi agresor. Aunque no a tiempo para salvarme del que se había convertido en mi destino, de no ser por ellos habría muerto, habría bebido toda mi sangre hasta que mi corazón dejara de latir y mi cuerpo quedara tirado en una acera escondido por la oscuridad de la noche. 


No fue así, no sé si para mi suerte o mi desgracia, estoy vivo, por así decirlo, trato de no pensar mucho en el tema.
Mi instinto de supervivencia me obligo a reaccionar, sabía que regresarían por mí en cualquier momento, no para ayudarme sino para acabar conmigo antes que la infección que me había trasmitido mi asesino me convirtiera en lo que soy, un monstruo de pesadillas.

Apenas logre moverme lo suficiente para llegar a una alcantarilla cerca de donde me encontraba y lanzar mi cuerpo moribundo a la inmundicia debajo de la ciudad.
No me importaba donde estaba, los olores, las alimañas todo aquello podía ser un palacio y no sabría la diferencia.
Solo podía sentir la quemazón que iba de mi cuello esparciéndose por todo mi cuerpo. Las pocas veces que logre abrir los ojos constataba que no me estaba quemando, al menos no por fuera, no lograba ver que las llamas consumieran mi cuerpo. 


Peor aún era no poder gritar, si alguien daba conmigo era mi fin, estaba seguro de eso. No sé cuantos días, meses quien sabe si años, pase sufriendo esa agonía, al final fue liberando mis extremidades, hasta centrarse en mi corazón, fue el peor de todos los dolores, ahora si iba a morir.

Una última punzada de dolor como una estaca en el pecho acompaño el último latido de mi corazón antes de detenerse para siempre. Todo había terminado.
Poco a poco recupere el control de mi y fui consciente de todo a mi alrededor.

Comencé a conocer mi nuevo cuerpo, a descubrir sus infinitas posibilidades, todas sus dotes y habilidades, estaba maravillado por mi fuerza, mi increíble visión que era completamente nítida en la mayor oscuridad. La agudeza de mi oído y mi olfato me permitían conocer todo cuanto había a mi alrededor, que era, donde estaba. Controlaba todo.

Era increíble el sin fin de sensaciones que este nuevo cuerpo, esta nueva vida me estaban regalando.
Por primera vez sentí todo aquello como una bendición.
Salí de allí vagando, escondiéndome, no sabía nada de esta nueva existencia, pero seguía evitando que alguien notara mi presencia, peligraba.

Cuando aquella horrible sensación de quemazón me golpeo de nuevo, pero esta vez solo a mí cuello, a mi garganta, quería arrancarla con mis manos ahora que podía dominarlas.

Mi olfato me mostro la causa de mis ansias, una mujer caminaba hacia mi sin notar mi presencia. La deseaba, deseaba su sangre, debía alimentarme de ella.
Me convertí solo en instintos, mi cuerpo sabía lo que mi mente no, sabia como cazarla, como acercarme sin ser visto, sin ser sentido, olido o escuchado.

No era necesario que me viera, podía acabar con su vida y ella jamás se enteraría que había pasado, pero no fue así, no me quede escondido, salí a la luz de las farolas de la calle, sentía una gran necesidad de permitirle verme, quería leer el miedo en su rostro, oler la adrenalina en su sangre.

Era un depredador y ella mi presa, quería disfrutar la cacería.

No duro mucho claro está, ni siquiera tuvo tiempo de gritar, salte sobre ella y bebí hasta saciarme. Sentí apagarse el incendio en mi garganta mientras tragaba el tibio vino que abandonaba su cuerpo.

Entonces su corazón se detuvo.

Aquella fue la primera de muchas veces.

Robe ropa y dinero de mis victimas, termine convertido en la viva imagen de un joven de la alta sociedad de la época.
Claro andaba por las calles de noche y en algún refugio de día, había aprendido que el sol no me hacía daño, como decían las viejas leyendas, pero cuando se reflejaba en mi piel parecía una estatuilla de cristal brillando al sol. No ayudaba mucho al anonimato.

Me había acostumbrado a este modus vivendi con facilidad, era solitario ya que en contadas ocasiones me topaba con otros como yo y más bien nos evitábamos.

El tiempo no es un factor importante cuando se tiene la eternidad por delante, pero calculaba que habrían pasado unos diez o quince años desde la noche en que renací a mi nueva vida.

Había viajado por toda Europa, se podría decir que esta era mi segunda vuelta. Ya tenía planes de abandonar el viejo continente en busca de nuevos sabores.
Una de mis noches de cacería por las calles de Roma me encontré con otro vampiro.

Al principio reaccione como siempre salude con un asentimiento y seguí mi camino esperando que el hiciera lo mismo. Su voz tenso mi cuerpo, acabar con la vida de los humanos era fácil, pero enfrentarme a otro como yo era harina de otro costal, no tenía idea de cómo defenderme.
-     Buenas noches Joven – su tono era amable, quería hacerme notar que no buscaba pelea - mi nombre es Eleazar y como notara comparto sus gustos alimenticios – agrego jocosamente. 

Yo seguía tenso, no respondí solo lo deje continuar.

-     No tengo intensiones de atacarte más bien me gustaría solicitarte que me acompañaras a un lugar que de seguro será de gran interés para ti - sabía que no mentía y asentí.
Decidí seguirlo. Ese encuentro lo cambio todo para mí.

Sentí como levantaba mi cuerpo y lo lanzaba contra la pared, eso me enfureció y me abalancé contra él mientras de mi pecho brotaba un gruñido aterrador, me recibió con un puñetazo en la cara y fui a dar ahora contra el suelo, arremetí de nuevo aun mas furioso solo para encontrarme con su rodilla contra mi estomago que me envió de nuevo contra la pared, esta vez fue diferente cambie de posición antes del choque, mis pies se encontraron con la pared, flexione las rodillas y salte de nuevo.

Lo tome por sorpresa, no esperaba que reaccionara tan velozmente, le estampe el cuerpo contra el suelo, sosteniendo su brazo contra su espalda y levantando su cabeza con mis dientes a centímetros de su cuello.

Matarlo hubiese sido de lo más sencillo, estaba furioso por no poder liberarse de mi agarre y lo disfruté.
-     Muy bien hecho mi querido hijo – el sonido de aquella voz aterciopelada y con tono paternal me hizo levantar la mirada y sonreír.

Me levante y extendí la mano para ayudar a mí contrincante a ponerse de pie, la acepto a regañadientes, no era fácil para el que, aunque fuese en contadas ocasiones, yo lo venciera.

-     Cada día me sorprende mas como has mejorado en tus tácticas de defensa y ataque, siempre he pensado que no es necesario ya que nadie podrá acercarse a ti lo suficiente como para necesitar defenderte tu mismo. Tu testarudez siempre te ha caracterizado hijo mío - se acerco a mí y rozo mi mejilla cariñosamente, le deje ver que agradecía sus palabras - pero disfruto ver tus habilidades incrementarse, aunque Félix no parece disfrutarlo tanto como yo - miro a mi contrincante – deberías estar orgulloso Félix, no sería capaz de hacerlo tan bien si no fueses un excelente maestro - el aludido asintió y estrecho mi mano en señal de felicitación.

La voz de Aro estaba llena de orgullo, yo era su protegido desde hace más o menos medio siglo, quien llevaba la cuenta, y con el pasar del tiempo nuestros lazos se habían incrementado mucho.

Aquí me había traído Eleazar aquella noche, al que se convertiría en mi hogar, a conocer a Los Vulturis, junto a quien ahora era mi padre, Aro.

Mi lugar dentro de la guardia había sido siempre junto a Renata, la encargada directa de la seguridad de Aro, a veces de ser necesario protegía a Marco y a Cayo, pero su prioridad siempre era y seria Aro. Con el tiempo hubo un cambio por orden de su amo, después de él  yo debía ser lo que ella más cuidara. Ella siempre estaba a su derecha y yo a su izquierda, no iba a ningún lado sin nosotros. 

Incluso si yo debía acompañar a la guardia en la aplicación de algún correctivo sin que fuese necesario que el nos acompañara, la enviaba conmigo, encargada de mi protección. Yo era sus ojos y sus oídos en su ausencia y si ni Marco ni Cayo nos acompañaban yo era el primero al mando.

Eso lograba reacciones negativas en aquellos que llevaban más tiempo que yo aquí, pero nadie sería capaz de contrariar a mi padre adoptivo. 

Marco y Cayo no habían estado muy a gusto con mi presencia al principio, pero el hecho de que mi poder nos daba grandes ventajas en las batallas los había suavizado bastante, a tal punto de desarrollar cierta tolerancia para conmigo.  

Algunas veces, solo  por diversión, salía de cacería o acompañaba a Heidi a la hora de traer a los turistas que nos servían de alimento. 

Ella era capaz de arrastrar con su encanto a cualquier hombre a su muerte sin que siquiera lo notaran, yo hacía lo propio con las mujeres. 

Incluso había llegado a divertirme un poco con algunas humanas antes alimentarme.

Aro siempre me reprendía por mis malos modales diciéndome cosas como hijo recuerda que no es correcto jugar con la comida o por favor es comida no una mascota.
Para mí todo esto era algo irreal, pero no puedo negar que disfrutaba mucho de las ventajas de mi posición. 

No puedo decir que no era feliz con mi vida, tenia lo que quería cuando lo quería, era fácil incluso tener a cualquier vampiresa que me apeteciera, quien que conociera nuestro mundo no querría convertirse en la compañera del príncipe Vulturi, era fascinante todo lo que implicaba tener poder entre los mas poderosos. 

Solo sentía que algo me faltaba, no sabía que era y sacaba esa sensación de mi cabeza antes de permitir que se apoderara mas de mi.

Ah y como olvidar a los gemelos demoniacos, como solía llamarlos cariñosamente. Creo que nadie me odiaba tanto como Alec, el había sido durante siglos lo más parecido a lo que yo era en la actualidad. 

Estaba seguro de que si eso no le hubiese costado la vida habría acabado conmigo el mismo día que me atravesé en su camino.


Jane era un poco más neutral en sus sentimientos hacia mí, solo apoyaba a su hermano por lealtad. Muchas veces entrenaba con ella, por solicitud mía, buscando aprender a resistir los ataques psíquicos. Era inútil  por supuesto y ella disfrutaba muchísimo hacerlo.

Aro detestaba aquellas sesiones y yo le aseguraba una y otra vez que me permitían fortalecerme y aprender a dominar el dolor. Pero había algo más, sentía que aquella debilidad, aquel dolor me permitía sentir un poco de humanidad en mí. 

Me llevaba al límite en todo lo que hacía, aprendía cuanto podía, leía todo lo que llegaba a mis manos, tocaba algunos instrumentos musicales e incluso había llegado a escribir algunos poemas y libros, nada de gran importancia. 

Cuando tienes la eternidad ante ti necesitas una inmensa cantidad de hobbies para no aburrirte.

Incluso había hecho algunas carreras en la universidad, cursos nocturnos, era un eterno adolescente con fondos ilimitados y oportunidades infinitas.


Tenía todo cuanto podía desear, no conocía otra forma de vida, era capaz de hacer cuanto quisiera sin restricción alguna, en nuestro reino las leyes no aplican para los príncipes, claro esto no era del conocimiento público pero yo por supuesto que lo sabía, yo era Edward Anthony Masen, el príncipe Vulturi.



10 comentarios:

Unknown dijo...

Guau! sí ahora si que vamos difrutar de esta imaginación tuya que desborda y lo inunda todo. Poder de corrientes y aires nuevos flujo del viento son, brisas suaves que en tormentas y huracanes convertirá mi Gaby en un gran fenómeno de pasión. Besotes miles

Naty F. dijo...

Que buena idea!!!!! Sos re original!!!! Y escribis super bien! Ya te ganaste una fan! En cuanto tenga tiempo me voy a leer los otros fics!!! Seguí asi! (porfis)
Muchos besos!!!

Anónimo dijo...

hola gaby

me encantan tus fanfic ,no te desanimes de verdad lo estas haciendo muy bien , de verdad que tus ideas son buenisimas y tus historias enganchan de verdad no lo dejes a qui tienes ha alguien que espera impacientes tus historias .


muchos besos sigue asi

Amy dijo...

es facinante estas historia , muy creativa pero con sinceridad e he decirte ke no imagino a edward como un volturi, claro esta que esto es por la idealizacion del personaje, pero me parece que podrias agregarle talvez algun matiz romantico con bella... supongo que eso es lo que sigue, pero lo mas importante estaria en ¿seia capas edward de revelarse contra los volturi? ¿su familia? ¿supadre? ¿ por una humana? jajjajja bueno espero que sigas con la historia

carla cullen dijo...

Me gusto! me gusto!!!
Quiero leer el siguiente!!siiiii por favor cada cuando subes capitulos??
Oh estuvo muy bueno!!
Felicidades Gaby!!
besotes vampiricos y nos leemos pronto!
Carla

K dijo...

HUy Gaby!!!!... empiezo con esta historia que ya me atrapó!!!... que bien... vamos a ver a Edward como malo!!!... Ayyyy si ya me lo imagino... besos!!!!!

Laly Michelle dijo...

wao el capi me encanto!!! me gusto todo!!! esta super interesante la trama y q bueno q x fin voy a ver(leer jiji) a Edward como niño mimano y no como tarado enamorado..eso es lo q no me gusto de twilight pero estubo muy buena...sigue asi!!!

*NaNa* dijo...

Mi gabyyyy que bueno este capi
seguire leyendo muchos besos.. pasate a leerme..!

kosca dijo...

hola, te acabo de encontrar y me gusto el capitulo(muy creatibo), sigo leyebdo, besos y achuchones desde españa

diana dijo...

que principe por diossssss!!!!!!