Capítulo I: Conociéndome
De quien era antes de esta nueva vida, recuerdo
poco. A veces algunas imágenes de la que debió ser mi familia, de la que era mi
vida llegan a mí mente como un flash que desaparece antes de que pueda siquiera
asimilarlo.
Lo último que recuerdo, su aliento frio en mi
cuello, una turba de gente con antorchas y garrotes, acabarían con mi agresor. Aunque
no a tiempo para salvarme del que se había convertido en mi destino, de no ser
por ellos habría muerto, habría bebido toda mi sangre hasta que mi corazón
dejara de latir y mi cuerpo quedara tirado en una acera escondido por la
oscuridad de la noche.
No fue así, no sé si para mi suerte o mi
desgracia, estoy vivo, por así decirlo, trato de no pensar mucho en el tema.
Mi instinto de supervivencia me obligo a
reaccionar, sabía que regresarían por mí en cualquier momento, no para ayudarme
sino para acabar conmigo antes que la infección que me había trasmitido mi
asesino me convirtiera en lo que soy, un monstruo de pesadillas.
Apenas logre moverme lo suficiente para llegar a
una alcantarilla cerca de donde me encontraba y lanzar mi cuerpo moribundo a la
inmundicia debajo de la ciudad.
No me importaba donde estaba, los olores, las
alimañas todo aquello podía ser un palacio y no sabría la diferencia.
Solo podía sentir la quemazón que iba de mi
cuello esparciéndose por todo mi cuerpo. Las pocas veces que logre abrir los
ojos constataba que no me estaba quemando, al menos no por fuera, no lograba
ver que las llamas consumieran mi cuerpo.
Peor aún era no poder gritar, si alguien daba
conmigo era mi fin, estaba seguro de eso. No sé cuantos días, meses quien sabe
si años, pase sufriendo esa agonía, al final fue liberando mis extremidades,
hasta centrarse en mi corazón, fue el peor de todos los dolores, ahora si iba a
morir.
Una última punzada de dolor como una estaca en el
pecho acompaño el último latido de mi corazón
antes de detenerse para siempre. Todo había terminado.
Poco a poco recupere el control de mi y fui
consciente de todo a mi alrededor.
Comencé a conocer mi nuevo cuerpo, a descubrir
sus infinitas posibilidades, todas sus dotes y habilidades, estaba maravillado
por mi fuerza, mi increíble visión que era completamente nítida en la mayor
oscuridad. La agudeza de mi oído y mi olfato me permitían conocer todo cuanto
había a mi alrededor, que era, donde estaba. Controlaba todo.
Era increíble el sin fin de sensaciones que este
nuevo cuerpo, esta nueva vida me estaban regalando.
Por primera vez sentí todo aquello como una
bendición.
Salí de allí vagando, escondiéndome, no sabía
nada de esta nueva existencia, pero seguía evitando que alguien notara mi
presencia, peligraba.
Cuando aquella horrible sensación de quemazón me
golpeo de nuevo, pero esta vez solo a mí cuello, a mi garganta, quería arrancarla con mis
manos ahora que podía dominarlas.
Mi olfato me mostro la causa de mis ansias, una
mujer caminaba hacia mi sin notar mi presencia. La deseaba, deseaba su sangre,
debía alimentarme de ella.
Me convertí solo en instintos, mi cuerpo sabía lo
que mi mente no, sabia como cazarla, como acercarme sin ser visto, sin ser
sentido, olido o escuchado.
No era necesario que me viera, podía acabar con
su vida y ella jamás se enteraría que había pasado, pero no fue así, no me
quede escondido, salí a la luz de las farolas de la calle, sentía una gran
necesidad de permitirle verme, quería leer el miedo en su rostro, oler la
adrenalina en su sangre.
Era un depredador y ella mi presa, quería
disfrutar la cacería.
No duro mucho claro está, ni siquiera tuvo tiempo
de gritar, salte sobre ella y bebí hasta saciarme. Sentí apagarse el incendio
en mi garganta mientras tragaba el tibio vino que abandonaba su cuerpo.
Entonces su corazón se detuvo.
Aquella fue la primera de muchas veces.
Robe ropa y dinero de mis victimas, termine
convertido en la viva imagen de un joven de la alta sociedad de la época.
Claro andaba por las calles de noche y en algún
refugio de día, había aprendido que el sol no me hacía daño, como decían las
viejas leyendas, pero cuando se reflejaba en mi piel parecía una estatuilla de
cristal brillando al sol. No ayudaba mucho al anonimato.
Me había acostumbrado a este modus vivendi con
facilidad, era solitario ya que en contadas ocasiones me topaba con otros como
yo y más bien nos evitábamos.
El tiempo no es un factor importante cuando se
tiene la eternidad por delante, pero calculaba que habrían pasado unos diez o quince
años desde la noche en que renací a mi nueva vida.
Había viajado por toda Europa, se podría decir
que esta era mi segunda vuelta. Ya tenía planes de abandonar el viejo
continente en busca de nuevos sabores.
Una de mis noches de cacería por las calles de
Roma me encontré con otro vampiro.
Al principio reaccione como siempre salude con un
asentimiento y seguí mi camino esperando que el hiciera lo mismo. Su voz tenso
mi cuerpo, acabar con la vida de los humanos era fácil, pero enfrentarme a otro
como yo era harina de otro costal, no tenía idea de cómo defenderme.
- Buenas
noches Joven – su tono era amable, quería hacerme notar que no buscaba pelea -
mi nombre es Eleazar y como notara comparto sus gustos alimenticios – agrego
jocosamente.
Yo seguía tenso, no respondí solo lo deje
continuar.
- No tengo
intensiones de atacarte más bien me gustaría solicitarte que me acompañaras a
un lugar que de seguro será de gran interés para ti - sabía que no mentía y
asentí.
Decidí seguirlo. Ese encuentro lo cambio todo
para mí.
Sentí como levantaba mi cuerpo y lo lanzaba
contra la pared, eso me enfureció y me abalancé contra él mientras de mi pecho
brotaba un gruñido aterrador, me recibió con un puñetazo en la cara y fui a dar
ahora contra el suelo, arremetí de nuevo aun mas furioso solo para encontrarme
con su rodilla contra mi estomago que me envió de nuevo contra la pared, esta
vez fue diferente cambie de posición antes del choque, mis pies se encontraron
con la pared, flexione las rodillas y salte de nuevo.
Lo tome por sorpresa, no esperaba que reaccionara
tan velozmente, le estampe el cuerpo contra el suelo, sosteniendo su brazo
contra su espalda y levantando su cabeza con mis dientes a centímetros de su
cuello.
Matarlo hubiese sido de lo más sencillo, estaba
furioso por no poder liberarse de mi agarre y lo disfruté.
- Muy bien
hecho mi querido hijo – el sonido de aquella voz aterciopelada y con tono
paternal me hizo levantar la mirada y sonreír.
Me levante y extendí la mano para ayudar a mí
contrincante a ponerse de pie, la acepto a regañadientes, no era fácil para el
que, aunque fuese en contadas ocasiones, yo lo venciera.
- Cada día me
sorprende mas como has mejorado en tus tácticas de defensa y ataque, siempre he
pensado que no es necesario ya que nadie podrá acercarse a ti lo suficiente
como para necesitar defenderte tu mismo. Tu testarudez siempre te ha
caracterizado hijo mío - se acerco a mí y rozo mi mejilla cariñosamente, le
deje ver que agradecía sus palabras - pero disfruto ver tus habilidades
incrementarse, aunque Félix no parece disfrutarlo tanto como yo - miro a mi
contrincante – deberías estar orgulloso Félix, no sería capaz de hacerlo tan
bien si no fueses un excelente maestro - el aludido asintió y estrecho mi mano
en señal de felicitación.
La voz de Aro estaba llena de orgullo, yo era su
protegido desde hace más o menos medio siglo, quien llevaba la cuenta, y con el
pasar del tiempo nuestros lazos se habían incrementado mucho.
Aquí me había traído Eleazar aquella noche, al
que se convertiría en mi hogar, a conocer a Los Vulturis, junto a quien ahora
era mi padre, Aro.
Mi lugar dentro de la guardia había sido siempre
junto a Renata, la encargada directa de la seguridad de Aro, a veces de ser
necesario protegía a Marco y a Cayo, pero su prioridad siempre era y seria Aro.
Con el tiempo hubo un cambio por orden de su amo, después de él yo debía ser lo que ella más cuidara. Ella
siempre estaba a su derecha y yo a su izquierda, no iba a ningún lado sin
nosotros.
Incluso si yo debía acompañar a la guardia en la
aplicación de algún correctivo sin que fuese necesario que el nos acompañara, la
enviaba conmigo, encargada de mi protección. Yo era sus ojos y sus oídos en su
ausencia y si ni Marco ni Cayo nos acompañaban yo era el primero al mando.
Eso lograba reacciones negativas en aquellos que
llevaban más tiempo que yo aquí, pero nadie sería capaz de contrariar a mi
padre adoptivo.
Marco y Cayo no habían estado muy a gusto con mi
presencia al principio, pero el hecho de que mi poder nos daba grandes ventajas
en las batallas los había suavizado bastante, a tal punto de desarrollar cierta
tolerancia para conmigo.
Algunas veces, solo por diversión, salía de cacería o acompañaba a
Heidi a la hora de traer a los turistas que nos servían de alimento.
Ella era capaz de arrastrar con su encanto a
cualquier hombre a su muerte sin que siquiera lo notaran, yo hacía lo propio
con las mujeres.
Incluso había llegado a divertirme un poco con
algunas humanas antes alimentarme.
Aro siempre me reprendía por mis malos modales diciéndome
cosas como hijo recuerda que no es correcto jugar con la comida o por favor es
comida no una mascota.
Para mí todo esto era algo irreal, pero no puedo
negar que disfrutaba mucho de las ventajas de mi posición.
No puedo decir que no era feliz con mi vida,
tenia lo que quería cuando lo quería, era fácil incluso tener a cualquier
vampiresa que me apeteciera, quien que conociera nuestro mundo no querría
convertirse en la compañera del príncipe Vulturi, era fascinante todo lo que
implicaba tener poder entre los mas poderosos.
Solo sentía que algo me faltaba, no sabía que era
y sacaba esa sensación de mi cabeza antes de permitir que se apoderara mas de
mi.
Ah y como olvidar a los gemelos demoniacos, como
solía llamarlos cariñosamente. Creo que nadie me odiaba tanto como Alec, el
había sido durante siglos lo más parecido a lo que yo era en la actualidad.
Estaba seguro de que si eso no le hubiese costado
la vida habría acabado conmigo el mismo día que me atravesé en su camino.
Jane era un poco más neutral en sus sentimientos
hacia mí, solo apoyaba a su hermano por lealtad. Muchas veces entrenaba con
ella, por solicitud mía, buscando aprender a resistir los ataques psíquicos.
Era inútil por supuesto y ella
disfrutaba muchísimo hacerlo.
Aro detestaba aquellas sesiones y yo le aseguraba
una y otra vez que me permitían fortalecerme y aprender a dominar el dolor.
Pero había algo más, sentía que aquella debilidad, aquel dolor me permitía
sentir un poco de humanidad en mí.
Me llevaba al límite en todo lo que hacía,
aprendía cuanto podía, leía todo lo que llegaba a mis manos, tocaba algunos
instrumentos musicales e incluso había llegado a escribir algunos poemas y
libros, nada de gran importancia.
Cuando tienes la eternidad ante ti necesitas una
inmensa cantidad de hobbies para no aburrirte.
Incluso había hecho algunas carreras en la
universidad, cursos nocturnos, era un eterno adolescente con fondos ilimitados
y oportunidades infinitas.
Tenía todo cuanto podía desear, no conocía otra
forma de vida, era capaz de hacer cuanto quisiera sin restricción alguna, en
nuestro reino las leyes no aplican para los príncipes, claro esto no era del
conocimiento público pero yo por supuesto que lo sabía, yo era
Edward Anthony Masen, el príncipe Vulturi.
10 comentarios:
Guau! sí ahora si que vamos difrutar de esta imaginación tuya que desborda y lo inunda todo. Poder de corrientes y aires nuevos flujo del viento son, brisas suaves que en tormentas y huracanes convertirá mi Gaby en un gran fenómeno de pasión. Besotes miles
Que buena idea!!!!! Sos re original!!!! Y escribis super bien! Ya te ganaste una fan! En cuanto tenga tiempo me voy a leer los otros fics!!! Seguí asi! (porfis)
Muchos besos!!!
hola gaby
me encantan tus fanfic ,no te desanimes de verdad lo estas haciendo muy bien , de verdad que tus ideas son buenisimas y tus historias enganchan de verdad no lo dejes a qui tienes ha alguien que espera impacientes tus historias .
muchos besos sigue asi
es facinante estas historia , muy creativa pero con sinceridad e he decirte ke no imagino a edward como un volturi, claro esta que esto es por la idealizacion del personaje, pero me parece que podrias agregarle talvez algun matiz romantico con bella... supongo que eso es lo que sigue, pero lo mas importante estaria en ¿seia capas edward de revelarse contra los volturi? ¿su familia? ¿supadre? ¿ por una humana? jajjajja bueno espero que sigas con la historia
Me gusto! me gusto!!!
Quiero leer el siguiente!!siiiii por favor cada cuando subes capitulos??
Oh estuvo muy bueno!!
Felicidades Gaby!!
besotes vampiricos y nos leemos pronto!
Carla
HUy Gaby!!!!... empiezo con esta historia que ya me atrapó!!!... que bien... vamos a ver a Edward como malo!!!... Ayyyy si ya me lo imagino... besos!!!!!
wao el capi me encanto!!! me gusto todo!!! esta super interesante la trama y q bueno q x fin voy a ver(leer jiji) a Edward como niño mimano y no como tarado enamorado..eso es lo q no me gusto de twilight pero estubo muy buena...sigue asi!!!
Mi gabyyyy que bueno este capi
seguire leyendo muchos besos.. pasate a leerme..!
hola, te acabo de encontrar y me gusto el capitulo(muy creatibo), sigo leyebdo, besos y achuchones desde españa
que principe por diossssss!!!!!!
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